El paseo de Monte Boi es tal vez la senda más apropiada para apreciar y otear los confines marítimos de Baiona. Circunda gran parte de la base de la fortaleza, en un recorrido de casi 2 kilómetros que se inicia sobre la playa de A Cuncheira y concluye bajo la Torre del Reloj del fortificado, junto a la Puerta Real, tras salvar un secreto pasadizo.
Se inauguró el 20 de enero de 1995. Tiene el firme de tierra y varios tramos cercados por bancales de piedra y granito, materiales predominantes en el ornamentado de todo el paseo. Una vez que se emprende el camino, el paseante tiene oportunidad de admirar las playas de Cuncheira, Os Frades y Barbeira, las islas Estelas y Cíes, Monteferro, Panxón y Praia América. Durante el recorrido se descubren innumerables calas dispersas y tranquilas, algunas con accesos habilitados mediante escalinatas de piedra, y dos hornacinas labradas en la pared de la muralla: la de Nuestra Señora de las Angustias (pasado Os Frades) y la de San Telmo, después de la Torre del Príncipe.
El plácido sendero avanza entre el mar pausado o agitado, según la estación, y un monte fecundo de robles, sauces, fresnos y, mayoritariamente, pinos. Para reposar tiene tres cuidadas y bien distintas áreas de descanso, una de ellas idílica (la de A Figueira).