Uno de los más famosos escritores gallegos, Álvaro Cunqueiro, dijo: “La ostra es un manjar esencial para abrir una mariscada. Tiene un sabor espiritual, que es como una saudade del mar”. Más de 25.000 personas lo confirman cada año en Arcade, donde la ostra tiene el sabor de las aguas de la desembocadura del río Verdugo.
Gracias a sus productores, que fueron pioneros en comercializar y exportar este cotizado marisco en los mercados españoles u europeos, desde 1987 se celebra una fiesta de las más afamadas y concurridas de la comarca de Vigo, con la que se promociona el consumo de un producto esencial en la economía de esta villa.
La ostra es consumida todo el año, cocinada o cruda –la forma más común- pero la mejor época para su degustación e, precisamente, el mes de abril. Sea por su supuesto poder afrodisíaco o por lo bien que entra el vino blanco con que se acompañan, lo cierto es que durante este encuentro se reparten más de 100.000 unidades de ostras.
En la carpa montada en el muelle de Arcade, decenas de personas se afanan en abrir ostras, con especial maestría, con un cuchillo corto y ancho, en el momento de ser servidas para consumirlas en crudo y con limón. Pero en las casetas, que se abren el sábado, también se venden raciones de empanada de ostras u ostras en escabeche, botellas de albariño de Soutomaior...
Fuegos artificiales, actividades de animación infantil, pasacalles y actuaciones musicales completan un programa festivo que abarca toda el fin de semana.
Para no perderse
Las ostreras llaman a atención por su dominio del cuchillo y la rapidez con la que abren las ostras.